jueves, mayo 17, 2012

Cura de sueño y compras

Este fin de semana ha sido movido. El sábado hicimos sesión de repostería por la tarde; hicimos unas chocolatinas de las Monster High, con Júlia, Berta, Sara y C. y B. 
Chocolatina Monster High de Júlia

Y el domingo teníamos Gimcana en el cole. Los Increíbles atacan de nuevo y esta vez con Berta, por fin. Berta no estaba muy fina, sobre las tres o cuatro de la mañana se levantó porque vomitó un poco; al llegar al cole tropezó con una alcantarilla pequeña y fue a caer, su cabeza entre dos mesas pegándose con el pico de una de ellas en toda la cara, le salió un moratón enorme; todo eso antes de empezar las pruebas con la gran pateada por todo el pueblo.
La Gimcana estuvo super divertida, la verdad es que estos chic@s de la comisión de deportes del cole se lo curran mucho, mucho. Una de las pruebas era olor, tacto y sabor. Júlia hizo todas las pruebas super bien, la de los sabores le costó un poco, pero Deunidó lo bien que lo hizo. Y dejamos que Berta también participara. Le dieron un trozo de fuet a Júlia y dice "fuet". Le dan un trozo de chocolate a Berta, una fácil para que lo acertara y dice "fuet"... jajajajaja, yo me moría de la risa y le digo a la jueza "fuet con sabor a chocolate" (no hay chocolate con sabores... pues con sabor a fuet, quien sabe si es la nueva delicatessen del
Rincón Gourmet de El Corte Inglés), Júlia y yo por los suelos de la risa y la jueza, la pobre, más agobiada que estaba la mujer... con el calor que hacía, las veces que había hecho la prueba y el pedazo colón que tenía de gente... ni os cuento.
Acabé reventada, llegamos a casa a las 13:45 h. Berta se durmió en el coche en el trayecto del cole a casa (dos minutos). Jordi dijo que iba a dormir a Berta y yo me tiré en el sofá como si me hubiese caído del piso de arriba. Júlia, emocionada se puso a dibujar y pintar con una caja de las cuatro cajas de colores que nos regalaron por hacer la gimcana. 


El domingo estaba tan cansada que le dije a Jordi que necesitaba una cura de sueño, claro esto después de una siesta de unas tres horas y media más o menos que me pegué.
El lunes como siempre, la misma ruta, cole, casa iaia Lola, Escola Musica, supermercado a comprar básicos, Escola Musica, casa iaia Lola y casa. Y me acosté la mar de bien, normal. Jordi viene de cantar antes de tiempo, que le duele el estómago. A las tres de la mañana me desvelo y noto que estoy mareada y a las cuatro de la mañana me levanto y voy directa a vomitar. Parecía la niña del exorcista vomitando o la boca anti incendios. Horrible. Por la mañana no puedo ni moverme de la cama. Pongo el pie en el suelo y directa a vomitar otra vez. Hasta la primera papilla que me dio mi madre. Llamo al jefe y le digo que no puedo ni moverme de las vomiteras... y todo el santo día en la cama. Y Jordi también, hecho unos zorros, está que tampoco puede ni moverse. Casi nos rifamos el ir a buscarlas de piscina (menos mal que tocaba piscina y no llegaban hasta las 18:40 h). Al final fue él, yo es que ni me podía mover.
Yo, el domingo, le había pedido una cura de sueño al Universo y me envía un virus de 24 horas para que cure mi sueño. Más rápido imposible. Voy a seguir pidiendo que me toque la lotería a ver si me lo envía tan rápido.
Y hoy miércoles ya recuperada, he estado sacando la ropa de verano y la verdad es que están escasitas, cuanto más grandes ya no puedo aprovechar tanto la ropa, porque es que ya la destrozan y la estiramos un poco más. Hemos ido al Corte Inglés de Cornellá y hemos estado toda la tarde. Es horrible, ellas se lo han pasado pipa, no ha habido manera de que se quedaran con la iaia Lola, han oído "compras" y ¡nanai! que querían ir con la mama de compras.
Hemos llegado. Nada más llegar, ven la cafetería: "tenim gana i sed", ¿voleu berenar?, siiiiiiiii!. Nos sirven zumo de piña, zumo de melocotón, donut, ensaimada y café solo. Empiezan a merendar. Júlia: tinc pipi. (joder, ¿no lo podía haber dicho antes?). Júlia carinyo no ho podies haver dit avans. Júlia: no, es que m'ha vingut ara. I no pots esperar?. NO. (Y ahora qué, mecagontó).
Le digo a la camarera si nos lo puede guardar. Nos lo guarda. Recorremos casi toda la planta del gran almacén para encontrar el maldito lavabo. Volvemos, seguimos merendando y acabo comiéndome la ensaimada de Julieta que ya no quería más y que comió por los ojos. Menos mal que Berta se comió todo el donut...
En fin, disfrutaron como locas probándose zapatos, persiguiéndose alrededor de los percheros, mirando vestidos y pantalones... en su salsa y yo ya casi desquiciada con el tema bambas de loneta. Que si un número más o un número menos. La que me atendía no tenía ni zorra idea. Lo del número más o menos es porque las lonetas suelen encoger bastante cuando se lavan y la tipa que me ha atendido estaba más perdida que yo, así es que me he llevado un número de cada, ahora me queda saber cual de las dos voy a mojar primero y cual es la que voy a devolver... y como siempre, las cajas a tope y después de recorrerme toda la línea de cajas me toca, como no, la CAJERA MÁS LENTA DEL MUNDO, no es que no tuviera sangre, por no tener no tenía ni horchata, que cosa más lenta me ha puesto como una moto, entre ella y las nenas haciendo barras paralelas en la baranda que separa una caja de la otra y el colón que se ha generado. Total que hemos llegado a casa a las nueve y querían la música a tope y venían cantando como locas Mamma Mia, Dancing Queen y todas las del CD hasta casa y yo tarde a cantar, como cada miércoles.

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