jueves, febrero 02, 2012

HappydayadyppaH

Hoy he empezado el día cantando Happy day y lo he acabado cantando Happy day, pero en realidad he tenido un gran día de mierda. Y no es por mirarme el ombligo, porque hay gente que está peor que yo pero, estoy convencida de cuando leáis esto, estaréis conmigo: vaya día de mierda.
9:30 h de la mañana. Dejo a las nenas en el cole y pongo el piloto automático una vez cojo la autopista. Llego a Molins y me acuerdo que en el maletero del coche llevo una lona que debía haber entregado en un cliente, pero no era urgente y la podía haber entregado a las 15:00 a la vuelta del trabajo. Llamo al jefe para preguntarle si la llevo después y me contesta con un "hostiaputatía" no hay que hacer una señalética (en este cliente) me he cabreado tanto por el improperio que directamente le he colgado el teléfono y me he ido a Rubí a llevar la lona. Me espero al cambio de clase para comentar un tema con el director del IES al que he ido y me he vuelto al despacho, porque él tenía clase a continación.
Cuando he llegado, las aguas ya estaban más calmadas y finas como la seda.
Habro el correo electrónico. Y ayer envié un mail porque regalaban dos entradas para ir al teatro, espectáculo familiar y los que iban delante mío se han borrado y me han tocado. Confirmo que quiero las entradas y les digo que mis niñas tienen 3 y 5 años y me dicen que la compañía de teatro aconsejan a partir de 7 años, pero más bien de 12 a 14. Son clowns. Me lo desaconsejan y me vuelven a preguntar si las quiero todavía. ¿No las voy a querer? Pues claro, se las he regalado a mis sobrinos.
Veo el horóscopo y la barra de la suerte solo una triste rayita.
Hoy teníamos reunión de delegados de clase a las 16:50 h en el cole. He llegado a casa, he comido y como me quedaban unos minutos, he decorado 12 macokes para Juliet, compañera del coro de Sant Cugat que fue su cumple el otro día y me he ido a la reunión. Las peques se han quedado en el esplai. 
Cuando las he recogido, he pasado un momento por casa de Eugènia a dejarle unas impresiones para unos detalles del bautizo de sus peques. Llovía, bueno caía agua nieve. Bajo por la calle de Eugènia. Paso de cebra. Coche parado. Niño pasando con patinete por el paso de peatones. Mis frenos no frenan. Mis frenos no frenan. ¡Mecagoenlaputa mis frenos no frenan! Me como el coche. Le he pegado una hostia por detrás del copón. Y el niño con el patinete (que tiene un Ángel como la copa de un pino) se libra por los pelos de ser atropellado por el coche que mi putocochesinfrenos ha embestido por detrás. 
Júlia - Mamá has xocat?
Mamatemblandocomounflan - Si carinyo, he xocat. Esteu bé?
Júlia i Berta - Si.
Por suerte no iba muy rápida, porque acababa de arrancar de la parada en casa de Eugènia, pero no ha frenado el coche y además con el pavimento mojado y encima de la pintura del paso de peatones, el coche ha patinado.
Sale la chica del coche como una fiera. Nomal. Ha visto al niño debajo de su coche y diciéndome de todo. Salgo del coche con cara de póker, diciendo "perdón, perdón, es que me han fallado los frenos" una y otra vez. La chica sigue diciéndome de todo y encima recordándome que llevo dos niñas pequeñas en el coche. Ya lo sé. Más me duele a mi que son mis hijas, pero es que me han fallado los frenos. Una vez hemos comprobado que estábamos las cuatro bien, nosotras y ella, la chica y yo nos hemos dado un abrazo fuerte. Los coches a tomar viento. Su BMW ni un rasguño aparente, esta mañana lo acababa de sacar del taller de peritarlo de otro golpe anterior (¿será que atrae los golpes por detrás?).
El mío, el parachoques un poco roto, ha saltado el plástico de las luces antiniebla y poco más, ni se ha descolgado. Iba despacio, pero de la misma inercia, es como si hubiese aparcado de oído un poco más fuerte de lo normal. 
En fin, nos damos los teléfonos para dar el parte mañana, porque llovía, hacía un frío del carajo y llevaba las niñas en el coche que no paraban de llamarme, mama, mama, mama, vinga marxem, mama, mama, mama...
Del tembleque en el cuerpo, el maldito texto intuitivo y las gotas de agua nieve cayendo en la pantalla, no había manera de memorizar su nombre en el móvil. Más abrazos con la chica. Nos han venido bien para hacer más distendida las situación.
Llego a casa con unas cagarrinas que me muero (mi estómago no anda fino todavía después del virus intestinal que me dejó K.O. el lunes). Voy a llamar a Jordi. Las nenas están como el día revueltas, pesadas, cansadas y Júlia un punto impertinente porque le ponga la tele. Mientras intento hablar con Jordi para explicarle lo que ha pasado, Júlia no para de gritar que le de el "comdamdem" (comandament (mando) de la tele). Yo estoy con un cabreo del quince porque estoy harta de ir a la Citroen y decirles que los frenos no van y ellos que van perfectamente. Cuatro o cinco veces he ido ya. Y estamos planteando ir a otro mecánico y me lo pone por escrito los de la citroen y me sacan el historial de todas las revisiones y vamos a poner una queja, porque hoy no ha sido nada para lo que podía haber sido. O si me pilla en la autopista o en cualquier sitio, ¡narices que no se puede ir por la vida sin frenos!(Si que voy con frenos, pero es que no sé que le pasa a ahivaese, que se quedan como bloqueados y no responden y tienen un truco, despisar y volver a pisrar, pero hoy no ha funcionado además de patinado con el agua).
Mientras él llega a casa, voy envolviendo los Macokes de Juliet y le saco una etiqueta chula que pego en un cartón coarrugado.
A todo esto, tenemos un reventón en el techo del lavabo. Me di cuenta el lunes y había como unos 25 cms de humedad. El martes el doble de largo y de ancho. Y hoy ya es el triple. Pero además se está bufando y donde cae la gota se está haciendo agujero.
Subimos varias veces al vecino de arriba y no nos habrían la puerta (estaban en casa porque oímos el ruido de como movían la mirilla). Al final le dejamos una nota en la puerta y bajó. Pero hoy al ser tan escandalosamente grande la mancha 50 % del techo del lavabo, Jordi me ha dicho que ha subido otra vez hoy a ver si habían hecho alguna gestión y no le han abierto la puerta.
Yo me iba a urgencias a que me echaran un vistazo porque mis cervicales, hombros, espalda y lumbares me empiezan a doler cada vez más.. Pero subo. Lo mismo: pasos, ruido de mirilla y no abren la maldita puerta. Vuelvo a picar al timbre hasta que me he sorprendido casi gritando ¡qué soy la vecina de abajo! al final me han abierto la puerta y me han dicho que han mirado el baño, que han arrancado el parquet y está seco, debe ser de la vecina de al lado de ellos (mi prima). Pero mi prima no tiene ni una gota de humedad. Me bajo para casa a coger las cosas para irme a urgencias, además hoy tenía coro. Y baja la vecina, que si quiero subir al ver el baño, que ellos bajan siempre y no nos dejan entrar nunca (son árabes) y me pilla con la chaqueta, el bolso, la bolsa donde llevaba mi bocata, el paraguas, las llaves del coche (del Jordi) y los Macokes de Juliet en las manos. Y le digo que vale, que subo, lo dejo todo encima de la mesa como puedo y voy.
Lo miro. Han arrancado el parquet y el wc está sellado selladísimo y seco. Pues debe ser mi prima.
Me voy a urgencias. La puerta de urgencias del cap está a tope de gente. ¡Lo qué me espera! pero me parece raro, porque hay bastante sitio en el parquin. No se correspondía mucho las más o menos quince personas que había en la puerta entrando y saliendo en la  puerta de urgencias... aparco el coche y cuando voy a entrar en urgencias, era una familia gitana y ya sabéis que se pone uno malo y va toda la familia, desde el patriarca hasta el mas chico.
La familia gitana invade por completo urgencias del Cap de Sant Cugat. Me voy al mostrador y le pregunto si hay mucha gente. A parte de los gitanos, solo estaba yo. Y me dice con una mirada cómplice y la risa entre los labios que no hay gente.
Mientra me toma los datos, me da por reírme yo sola de lo surrealista que ha sido mi día hoy.
Me atienden la primera, me miran muy bien, me han hecho no sé cuantas radiografias, me han puesto un collarín (que no llevo puesto todavía) y me han dicho que tengo unas cuantas contracturas, calor, reposo e ibuprofeno. Me querían dar unos relajantes musculares, pero como no me dejan conducir si me los tomo, allí se han quedado.
Y me he montado en el coche y me he ido a cantar. Hemos repasado I will follow him con coreografía, Hail Queen y hemos acabado con el Happy day!
He llegado a casa y después de este duro día de mierda que he tenido, me he zampado dos macokes y un colacao que me han sentado divinamente. He mandado unos mails a la Cap d'Estudis, de la reunión de esta tarde y he llegado hasta aquí, interrumpida varias veces por Berta que no está teniendo muy buena noche y tiene "malsons".
Y como estoy que me muero ya que no puedoconmialma, del dolor de hombros y lumbares me voy al sobre a dormir.
Pero antes, debo dar gracias porque no nos ha pasado nada, ni al niño, ni a las niñas, ni a Vanesa ni a mi.
Gracias a nuestros Ángeles de la Guardia.
Pero me quedo, con la buena energía que me ha dado el Happy day y el resto de canciones, que me han dado buen rollo al final de este día surrealista, digno de olvidar. El horóscopo ya me lo avisaba, solo un rayita de suerte; en el horóscopo de mañana la tengo a tope, toda la barra llena de buena suerte, ya os contaré.


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