viernes, junio 17, 2011

Diario de la gala - Un paseo por las nubes

¡Qué nervios toda la mañana! Todavía con algunos cabos sueltos parece que me faltan horas en la mañana.
Me he levantado tarde. Tenía que ducharme y cuando he acabado de secarme el pelo miro la hora y eran las 9:44 h, con lo cual no hay tiempo para ponerme a desayunar y vamos al cole. Dejo a Julieta y me voy a casa. Desayuno y acabo de prepararme. Vestirme y hacer memoria de no dejarme nada.
Otra vez me entran mil dudas sobre qué ponerme. Porque si me voy ya vestida con el vestido para la gala, a las 19:30 estará arrugado y no me habrá servido de mucho la plancha.
Estoy nerviosa porque a estas alturas, todavía no sé ni a qué terminal voy, ni donde voy a dejar el coche. Me dejo llevar. Cojo la mochila, empiezo a llenarla con cosas (por el por si acaso) y me voy a la empresa. Había quedado con mi madre que iría a firmar unos papeles, pero tendrá que ser mañana porque son las 9:45 h y no me da tiempo. No sé para que tengo que ir a la empresa, podría irme directamente pero he oído un anuncio en la radio de "aparca i vola". Así que he llegado al despacho. He llamado al aeropuerto para tratar de averiguar de dónde salía mi avión y me he puesto a buscar la web de "aparca i vola". Dejas el coche, te llevan a la terminal y a la vuelta te vuelven a recoger y te llevan a tu coche por el módico precio de 8,95 € por día. Increíble, ¿no? Pues cierto.
He llegado sin perdida al parking de aparca i vola, previamente se tiene que hacer reserva por internet (he llegado antes que la reserva) Entro en el aeropuerto y estoy increíblemente nerviosa. Un poco por todo: por la gala, por el vuelo, por cómo estará la organizadora del evento, por como habrá ido el montaje de la lona del escenario, photocall i lonas. Y sobre todo por no tenerlo todo controlado. Ya sabéis que las cosas que se pueden organizar con tiempo, que no dependen de mi y se tenga que improvisar constantemente puede conmigo.
Tengo capacidad de improvisacón y de cambio de planes, porque con niños tienes que estar acostumbrada; pasa una y mil veces. Pero lo otro, me saca de mis casillas y me pongo como una kawasaki 1300 cc.
El chofer de aparcaivola me deja en la puerta de la T1 y antes de saber que es lo que tengo que hacer y haber divisado mi vuelo en las pantallas electrónicas, me voy a fumar un piti, en cuanto atraviese la puerta del aeropuerto ya no voy a poder fumar hasta que llegue a Alicante.
Voy a sacar la tarjeta de embarque, busco la puerta por la que tengo que embarcar y mientras, por el camino, deleito mi vista en las magníficas y carísimas tiendas del aeropuerto. (Por eso solo deleito mi vista, en estas tiendas se mira pero no se toca)
Me encanta. Llego al fin a la puerta que me toca, la B51, que es la última y me toca recorrerme un pasillo enorme hasta el final. Ya han empezado a hacer cola y me coloco en ella.
Embarcamos. Asiento 28 A.ventana, ¡yupi! En mi fila de asientos, se sienta una chica y en el asiento del medio nadie. ¡Perfecto! Nos ha ido divino de la muerte para poner nuestros bolsos, agenda, cámara de fotos...
He hecho un buen reportaje de fotos, desde que monté en el avión, el despegue, el vuelo y el aterrizaje. Cuando se lo explique a las niñas, siempre vale más una imagen (o mil) que mil palabras (o pocas). Me he convertido por un momento en los ojos de mis niñas, y he fotografiado mi paseo por las nubes.
Mi compañera de vuelo iba a dar una conferencia de Responsabilidad Corporativa, en el mismo congreso en el que yo entrego el premio. Ella no sabía nada de la gala y se lo he explicado. Me ha dicho que le gustaría saber como poder ir y he llamado a la organizadora y me ha dicho que venga con nosotros sin problema. Luego me llamará y vuelve conmigo en el vuelo de vuelta.
Además ha resultado ser una responsable de comunicación de una empresa de seguros que visite el pasado mes de abril, las casualidades... en fin, ya tiene mi tarjeta.
Y bien, llego a Alicante y sigo sin poder fumar, porque en este aeropuerto está completamente prohibido y no hay zona habilitada. Tampoco este aeropuerto es muy grande y si salgo fuera ya no puedo volver a entrar y fuera no hay nada de nada.
Mi jefe vendrá a buscarme sobre las 17:10 h si no pasa nada. Vienen de Valencia de hacer un montaje. Ahora son las 16:18 h. Ya he comido. Mal. Fatal. Y caro. Es lo que tienen los aeropuertos.
Después de recorrerme todos los bares y restaurantes he acabado en el Burger King, y comido unas patatas, una hamburguesa y una Coca-Cola zero.
Me encuentro tomándome un café en "il cafe di roma" en una mesita redonda y muy cuca y en un silloncito comodísimo. La camarera ya me ha advertido "son geniales para echar la siesta" y me está entrando una morriña traicionera.
Dentro de un ratito, me voy a ir a dar una vuelta más por las tiendas que ya las he visto todas.
He quedado con la organizadora de los premios a las 17:30 h, me ha dicho que me tiene que explicar más o menos como va la cosa y que en todo el mundo se va a fijar en mi.
¡Eso, más nervios! En este tiempo que llevo en el aeropuerto, ha servido por lo menos para que me relaje  un poco. Tanto que estoy aplatanada. Antes de tomarme el café, he tenido que infringir la Ley y encerrarme en el lavabo y dar unas caladitas a un piti. Pero veo que no soy la única porque había un cigarro de alguien más flotando en el agua del wc. No me gusta infrigir la ley, pero ha sido en caso de necesidad extrema. ¡Qué se le va a hacer!
Lo que he visto hace un momento, es que a las 20:20 h tengo que embarcar de nuevo. El avión sale a las 20:55 h, la gala empieza a las 19:30 h, espero que sea puntual porque si no... no hay más vuelos.
Aún así tendré que salir del recinto ferial a todo correr para no perder el avión.
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Voy al lavabo a ponerme los tacones. Me he pasado toda la tarde examinando modelitos y zapatos. No había nada más interesante que hacer mientras esperaba.
La gala no ha sido puntual en absoluto. Ha empezado muy tarde porque el congreso iba con retraso. Ha empezado a las 20:00 h pasadas. Empezaba la banda de heavy metal, la presentadora y un presentador que parecía que no acababan nunca de hablar. Se me ha hecho interminable porque me han llamado al orden (a entregar el premio) a las 20:19 h.
- ... y entrega el premio, María José M., Directora Comercial de .... empresa, tal, tal, tal...
Me ha salido estupendamente, abro y leo la tarjeta que había en el sobre. Vuelvo a coger el premio mientras sube la ganadora, le doy dos besos y la enhorabuena, entrego el premio, sonrisa postiza y pose para los fotógrafos (esto últimamente se me da bastante bien, tengo una buena maestra: Julieta es genial posando para fotos, tiene un don natural...), bajamos del escenario y ya está, tantas horas para un minuto de gloria.
Salgo zumbando hacia el aeropueto, menos mal que ya tenía la tarjeta de embarque.
Subo al avión. Al lado se sienta una señora. Empezamos a hablar. Mientras vamos hablando yo voy haciendo fotos, pero me sabe mal no mirarle a la cara cuando me habla, pero es que tengo que sacar las fotos..."Hable, hable - le digo - que yo voy haciendo fotos. Es un reportaje de mi paseo por las nubes para mis niñas".
Me animo en la conversación. Noto que necesita un poco de ayuda. Le empiezo a hablar de la Ley de la Atracción. Ella es una catedrática de griego de la universidad y científica y no cree mucho en estos temas. Seguimos hablando. Ella necesita una prueba de que realmente existe. Seguimos hablando. Su vida es como la de muchas de las mujeres que tengo alrededor. Su marido se largó con otra. Le explico que tengo una amiga, que es como si fuera mi hermana, que le ha pasado exactamente lo mismo. Seguimos hablando. Vuelvo a hablarlde de C. y me dice: 
Señora - C. ¿Oye de que trabaja tu amiga?
Yo - Es estilista, personal shopper
Señora - ¿No trabajará en D.?
Yo estaba perpleja completamente. ¡Estábamos hablando de la misma C.!
Yo - ¿Lo ves? ¿No querías una prueba?
La señora se quedó tan perpleja como yo o más. ¡Que gracia! Lástima que el 23 se tenga que ir para Murcia y no puede venir, porque la invité a mi casa a pasar la verbena de San Juan a casa, que viene C con las nenas, pero hemos acordado que la próxima vez que venga a Barcelona nos vamos a ir de farra C, Consuelo y yo. Hay que ver como es la LDA (Ley de la Atracción). Es magia pura.
En cuanto estuve en el coche, llamé a C para contarselo y le dije que si estaba sentada y como no estaba le hice sentarse. Se quedó alucinada. Dice C. que me pasan unas cosas alucinates que soy su icono y yo le digo que ella sí que es mi ídola.
Ayer fue un día alucinante, sobre todo la ida y la venida en el avión. Nunca sabes al lado de quien nos sentamos en los transportes, pero esta vez estoy convencida de que con Consuelo a empezado una bonita amistad y que dure muchos, muchos años.
 

 

1 comentario:

Mariona Arteaga dijo...

un "Es un reportaje de mi paseo por las nubes para mis niñas"... que mágica!!! lo de Consuelo y C. no tiene nombre... más que la ley de la atracción esto es "el imán en acción" (el imán eres tú, por zupuezto).

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